Desde que los romanos inventaron una figura jurídica para poder dar poderes a una “cosa” (los esclavos eran considerados COSA sin derechos ni responsabilidades pero los “factores” verdaderos gestores y gerentes de los negocios familiares actuaban por orden y delegación de la FAMILIA de… se inventó la figura de la PERSONALIDAD JURIDICA  precedente de todo tipo de sociedades occidentales funcionando bien hasta la abolición de la esclavitud y desde entonces esos factores empezaron a entrar en los accionariados empresariales y su figura de gerente se convirtió en Consejero Delegado.

Hasta finales del siglo XX  no fuimos conscientes de la caducidad de este modelo de empresa, que al pasar los tres relevos generacionales y atomizarse la propiedad entre múltiples accionistas minoritarios acaban creándose reinos de taifas y verdaderas anarquías o nepotismos que eran el germen de la destrucción de la entidad.

En España hoy apenas 2.500 empresas han superado el tercer relevo generacional lo que implica que prácticamente solo una de cada mil supera los 75 años de edad a la vez que la esperanza de vida de los españoles está acercándose al siglo (en 2020 un millón de españoles superaran la centuria) esto hace que muchos fundadores vallan viendo derrumbarse su juguete - hijo – empresa antes de que realmente su nieto pueda expandirla e internacionalizarla.
 
Es imprescindible ser conscientes de esta debilidad para tratar esta institución absolutamente básica para el modelo productivo y entramado empresarial que sustenta el 90 % de la población activa-productiva y por tanto sustentadora del estado de bienestar como un OBJETO PRECIOSO Y FRAGIL  al que es necesario cuidar y proteger.

Alberto Diez